sábado, 27 de agosto de 2011

México: Seguridad nacional


¿Para qué necesitamos una amenaza a nuestra seguridad humana al estilo de la "guerra clásica", si con la actual lucha por la seguridad casi todos los mexicanos están bajo fuegoo
Javier Hernández Alpízar | Para Kaos en la Red

Para no empezar con discusiones semánticas, comencemos por lo semántico. Además de que "Seguridad Nacional" es el nombre de un grupo precursor del punk en Venezuela nacido en 1979, según la Wikipedia, y que nada más con ese nombrecito no se me antoja oírlo, qué significa: "seguridad nacional".


Partamos de la definición de Wikipedia y luego desandamos los andamios: "La seguridad nacional se refiere a la noción de relativa estabilidad, calma o predictibilidad que se supone beneficiosa para el desarrollo de un país; así como a los recursos y estrategias para conseguirla (principalmente a través de la Defensa Nacional).


"Mientras que los objetivos clásicos de la seguridad nacional consistían en prevenir o rechazar amenazas militares de estados (la guerra clásica), en la actualidad las amenazas a la seguridad nacional son más difusas, e incluyen el terrorismo, los riesgos medioambientales y fenómenos sociales de escala global como las migraciones masivas.


"Un concepto de aparición reciente (1994) que profundiza en este sentido, es el de seguridad humana; mientras que el concepto limitado al orden público interior suele definirse como seguridad ciudadana." (http://es.wikipedia.org/wiki/Seguridad_nacional).


Partimos de esta definición sobre todo porque no es polémica para quienes creen que eso es lo deseable, digamos la gente que cree en la señora Wallace o el señor Martí (el de deportes Martí, no el poeta, intelectual y precursor de la independencia de Cuba).


Con palabras como "seguridad", y sumado a "nacional", pasa lo que ocurre con la palabra "libertad", suena muy bonita, pero se puede usar en sentidos muy perversos: para bombardear Afganistán, Irak y Libia y traer petróleo a los Estados Unidos, combustible ganado sacrificando vidas humanas.


A nadie le puede parecer mala la palabra "seguridad", y en estos tiempos pareciera lo que todos deseamos, y cuando se dice que algo es "nacional" suena como a que es "de todos" y casi hasta "del pueblo"; pero ¿qué tan nuestra es la energía eléctrica "nacional" o el petróleo, el diesel y la gasolina "nacionales" cuando nos cobran la tarifa?


Ya la seguridad nacional, según el discurso oficial, no es amenazada por una invasión de otro estado (la guerra clásica) y la Secretaría de la Defensa Nacional no está pensando en enfrentar a un ejército de Belice, Guatemala, Haití, Cuba o de los Estados Unidos que nos invada, como lo hicieron, sacando jugosos dividendos, en el siglo XIX, Estados Unidos, Francia y alguno más.


Las amenazas reconocidas por la definición son "más difusas, e incluyen el terrorismo, los riesgos medioambientales y fenómenos sociales de escala global como las migraciones masivas."


Pero de tan difusas que son, llevan a preguntar ¿la seguridad de quién? Quienes dicen que todos los odian por "su libertad" son los Estados Unidos, y en México no tememos que ningún país nos odie por ser tan bellos, así que terrorismo, excepto de la potencia ávida de petróleo, minerales, agua, mercados, territorios, mano de obra barata y hegemonía que hoy bombardea Libia por "tráeme acá ese petróleo", es decir, ¿cómo adivinó?, los Estados Unidos, no tenemos ningún terrorismo que temer.


Excepto que la CIA, la DEA, el Pentágono, el Capitolio, Obama y Hillary Clinton nos quieran invadir, controlar y hacer de nuestro destino un asunto de su arbitrio, no vemos una amenaza clara a la seguridad de México.


¿Entonces por qué la Ley de seguridad nacional que quieren imponer a rajatabla en México parece no con dedicatoria a impedir que nos intervengan los Estados Unidos sino para facilitarles, legalizarles, agilizarles y permitirles manga ancha en su intervencionismo?


No se está pensando en los términos de los últimos renglones de la definición: "seguridad humana", ¿quién se siente más seguro en un país donde han matado "en tiempos de paz" a más de 50 mil compatriotas y desaparecido a cientos y se niegan a ponerles nombre y rostro y a investigar y hacer público (comisión de la verdad): quién los mató, cómo murieron y por qué? Se quiere enterrar la verdad y la memoria de las víctimas en la fosa común del anonimato, la impunidad, el borrón y cuenta nueva: ¿Para qué necesitamos una amenaza a nuestra seguridad humana al estilo de la "guerra clásica", si con la actual lucha por la seguridad casi todos los mexicanos están bajo fuego, y sin necesidad de un ejército de otro estado (excepto el de los Estados Unidos, pero sólo dando entrenamiento y armas).


Mucho menos se piensa en "seguridad ciudadana", tal vez porque desde las elecciones, el voto y demás parafernalia, en México nunca nos terminaron de dar la mayoría de edad, pero con la "guerra de Calderón" y ahora de la CONAGO (más la televisión, Slim y demás VIPs) lo primero que perderíamos es precisamente la ciudadanía al suspender de facto las garantías constitucionales (todas ellas, derechos humanos y ciudadanos) en nombre de la buena marcha de los negocios del capital estadunidense (tipo Halliburton que perfora en costas del Golfo de México), el transnacional mexicano (tipo Slim y Televisa), algunos como el español (Iberdrola, Endesa) y en menor medida el brasileño (anunciado con fanfarrias en Veracruz) y otros.


Y es que la "relativa estabilidad, calma o predictibilidad que se supone beneficiosa para el desarrollo de un país" –que dice la definición– esconde el garabato: ¿el desarrollo de quién?, ¿cuánto del "desarrollo" que al parecer gozan Pemex, Televisa, la CFE, el grupo Carso y otros gigantes privados y dizque públicos del capitalismo a la mexicana alcanzaron los más de 50 mil muertos y lo millones de solitarios mexicanos (como dijera Efraín Bartolomé) que viven cada día el milagro de que no los ha alcanzado la "difusa" guerra donde los únicos no sospechosos son del gobierno (para los medios, porque ellos son la medida, no los ciudadanos)?


Y los temas de "riesgos medioambientales y fenómenos sociales de escala global como las migraciones masivas", ¿dónde quedan?.


El medioambiental en el tintero, porque el paraíso de la desregulación que es hoy México permite a cualquiera hacer tajos de mina a cielo abierto (San Xavier, Caballo Blanco) e hidroeléctricas y otras presas, contra la voluntad de los mexicanos y en favor de la voluntad de señor Dinero. Así que, por ejemplo, el riesgo nuclear por una mina que hará explosiones a tres kilómetros de Laguna Verde no cuenta, ni siquiera esta definición pasa la "seguridad nacional" a la mexicana.


Y el caso de las migraciones masivas, es un tema pensado bajo el interés de los Estados Unidos, de su convenenciera xenofobia, la cual comienza a crecer como la peste en algunos lugares de México.
De hecho, el racismo, el supremacismo blanco y la xenofobia (como los del terrorista noruego ya famoso) son parte del concepto de "seguridad nacional" de los Estados Unidos.


¿Y la de los mexicanos de abajo?, bueno, también entramos: como población a ser controlada, reglamentada, disciplinada, para que no arruinemos la buena marcha de los negocios de los de allá arriba: En resumen, si el neoliberalismo es una "economía de supermercado" (en Xalapa, los dueños de esos súpers ya nos han gobernado), la seguridad nacional parece de "seguridad bancaria y patrimonial", es la seguridad de unos poquitos, pero con los costos en impuestos, guerra, muertos y pérdida de derechos ciudadanos y libertades de todos los mexicanos.


Y todavía hay quienes se enojan de que el Movimiento por Paz con Justicia y Dignidad se oponga a este estado policíaco "por el bien de la nación"... Pero lo único seguro en ese esquema... es que para la inmensa mayoría es pésimo negocio. Necesitamos otras definiciones, otro modo de hacer las cosas, es de vida o muerte.


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