miércoles, 16 de mayo de 2012
México: ¿El mundo al revés? Destacado
Es la situación donde quien trabaja es castigado, quien estudia es reprimido, quien defiende a su prójimo es amenazado para disuadirlo, pero quien solamente especula con el dolor de las víctimas puede aspirar a algo...
En un performance que han usado los ocupas y los indignados, incluso en Xalapa, un personaje se pone un pantalón en el torso, unos zapatos en las manos y camina cual mosca patas arriba, queriendo indicar que es el mundo el que está al revés.
¿El mundo al revés? Si es así, no debe ser una imagen simplista. Algo más que el hecho de que un candidato muestre la foto de un político villano de cabeza, porque hasta George W. Bush era capaz de mirar un libro cabeza abajo. Un mundo al revés no es solamente una imagen invertida como en la caja oscura de la cámara fotográfica que imitaba el proceso de crearse las imágenes del ojo al cerebro.
Un mundo al revés es donde a Héctor Aguilar Camín, queriendo criticarlo, lo llaman "gentlemen", cuando más que a un gentlemen parece un clon de Carmen Salinas. Un mundo al revés es como una Ciudad Gótica con el Pingüino, el Guasón y el Acertijo en el gobierno o en las candidaturas para seguir gobernando y con Batman, Robin y Gatúbela en la prisión o el descrédito. Como ese mitin en el centro de San Salvador Atenco, cuando la otra campaña era una multitud solitaria y solidaria con Ignacio del Valle y cientos de presos y presas de conciencia, con toda la clase política cómplice, por acción, omisión y aquiescencia, y el sub Marcos dijo: en el Estado de México, es Peña Nieto quien debería ir a la cárcel y es Ignacio del Valle quien debería gobernar.
La situación de que sea la gente buena, la gente noble, la gente generosa la que padece la represión, mientras que sus represores siguen una carrera política ascendente, es un mundo al revés, dicho sea con el estómago de fuera por el asco.
Ahora la represión en Atenco es arma arrojadiza entre quienes reprimieron, quienes aplaudieron la represión (el "orden" y la "mano firme") y quienes se quedaron callados respetuosos de las encuestas. Los políticos siguen aspirando a nuevos cargos, las reprimidas en Atenco siguen demandando justicia, ya a nivel internacional.
Un mundo al revés es algo más que un mundo donde los patos les tiran a las escopetas... Porque no se trata de la inversión simétrica de una imagen. Es la situación donde quien trabaja es castigado, quien estudia es reprimido, quien defiende a su prójimo es amenazado para disuadirlo, pero quien solamente especula con el dolor de las víctimas puede aspirar a algo, acomodarse en los sótanos de la condición humana que son los altos balcones del poder.
Entonces cómo, ocupados en estar indignados, podemos hacer el performance o la performance de un mundo al revés: ¿una escena en que un hombre sale y le da una paliza a las personas que llenan una plaza? Sería demasiado mecánico, porque ese uno es el déspota sólo mediante la complicidad de muchos.
Para entender cómo decimos que está al revés el mundo tenemos que imaginar la estructura de una pieza dinámica, donde las fuerzas que empujan hacia arriba, en la escala del poder y la riqueza, recogen a las peores de las criaturas y las encumbran, premian y empinan, pero la gente mejor, quien quiere amar, dar, sembrar, compartir, es depreciada, perseguida y encerrada como Alberto Patishtán y Mumia Abu-Jamal.
El mundo al revés es como el silencio de Dios que dijeron los místicos, donde la noche oscura se devora al sol, como en el terror pánico prehispánico, donde los monstruos pueden hacer pasto de los seres humanos... pero ¿tiene ese mundo al revés un límite? ¿Puede acabarse como el capítulo de una novela de Ernesto Sabato?
El mundo al revés es quizá como una escultura mal modelada, inacabada, con los miembros deformados, pero no se puede acabar con la espátula de uno. Tiene que hacerse con la conciencia y las manos de todos, Todos saber y todos decir y promover que Patishtán debe salir libre, pero también que jamás Juan Sabines debe ser promovido políticamente por haber reprimido a los chiapanecos.
A poner todos a Ciudad Gótica en orden. Dejar de llamar gentlemen a los fulleros, comenzar a decir y hacer lo que de verdad ven nuestros ojos y no lo que repite Vázquez Raña como propaganda para toda la nación... parece una tarea titánica... En un mundo de humanos y no de titanes, se necesitan muchos, muchas, se necesita mucho para que deje de estar al revés el mundo.
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