jueves, 28 de marzo de 2013
LOS TEJOCOTES: LA DISPUTA POR EL MINERAL
3. LOS TEJOCOTES: LA DISPUTA POR EL MINERAL
I
Los Tejocotes es el nombre de una Agencia Municipal perteneciente al municipio de San Juan
Mixtepec, en el distrito de Juxtlahuaca. En ella existe una mina de antimonio que aparte de servir
para mantener a quienes ahí trabajan ha sido causa de muchas desgracias para sus habitantes, los
cuales han tenido que enfrentarse a la voracidad de caciques y comerciantes que han querido
apoderarse de ella, dejándolos sin su principal forma de conseguir el sustento diario.
II
En el año de 1928 la mina de antimonio de Los Tejocotes comenzó a ser saqueada por el general
Novoa, quien después de siete años de explotarla igual que a los habitantes de la comunidad, la
traspasó a la Compañía Minera de Oaxaca S.A., filial de la Texas Mining & Smelting Division of
National Lead Co. Una vez celebrada la transacción, John C. Archibaldi Jr. y José Antuñano
Enciso, gerente y administrador de la mina, respectivamente, hicieron traer desde San Luis Potosí
trabajadores con conocimientos sobre minería para que explotaran al máximo el mineral. La
producción se transportaba en bestias hasta Tlaxiaco y de ahí en vehículos rumbo a Telixtlahuaca,
donde se embarcaba al ferrocarril que la conducía hasta los Estados Unidos. El mineral de Los
Tejocotes fue uno de los principales proveedores de antimonio para la industria de guerra de los
Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.
III
En el año de 1949 la compañía dejó de operar temporalmente otorgando una raquítica
indemnización a sus trabajadores y dejándolos sin sustento. Dos años después la mina volvió a
abrir reanudándose los trabajos de explotación minera y en el año de 1963 fue abandonada
definitivamente, dejando muerte y enfermedad entre sus trabajadores, unos sepultados al
derrumbarse la mina, otros enfermos de tuberculosis para el resto de sus vidas. Al salir la
Compañía Minera de Oaxaca S.A. de Los Tejocotes, la concesión para la explotación del mineral
fue a parar a manos de Fidel López Sánchez.
IV
De Fidel López Sánchez se sabe que fue oriundo de la Región Mixteca pero se desconoce el lugar
de su nacimiento. En su juventud fue buscador de maguey pápalo para elaborar mezcal; después
emigró al estado de Veracruz en donde aprendió a leer y escribir y también a manejar
automóviles. Al instalarse la Compañía Minera de Oaxaca S.A. en la comunidad de Los Tejocotes
ingresó a trabajar en el mineral. En 1940 sólo era conductor de un camión de volteo, pero cinco
años después ocupaba la Presidencia Municipal de San Juan Mixtepec. Teniendo ese cargo se le
acusó de asesinar al Sr. Manuel López, originario de Santa María Teposlantongo, y en el año de
1946 de abigeato en perjuicio de los habitantes de San Pedro Yososcúa. En 1949, mediante el
engaño y con el apoyo de la compañía minera, se hizo nombrar representante de los trabajadores
y delegado del Comité Sindical de la Sección 118 del sindicato minero.
En el año de 1953 volvió a ocupar la presidencia municipal de San Juan Mixtepec y diez años
después, cuando la Compañía Minera de Oaxaca S.A. abandonó el mineral, él se apoderó de la
concesión para seguirlo explotando. El 16 de noviembre de 1957 pistoleros a su servicio
asesinaron al Sr. Marcelo Epifanio Cruz, que como los anteriores crímenes quedó impune. Llegó a
ser presidente municipal del municipio de Juxtlahuaca, diputado federal y presidente municipal de
Huajuapan de León, donde poseyó inmensas propiedades, aparte de las que poseía en otras
comunidades de la región, como Xinitioco, en donde fue propietario de un rancho de 700
hectáreas.
Fidel López Sánchez fue un mixteco que bajo el argumento de que los ayudaba, se subió sobre las
espaldas de sus paisanos y se convirtió en cacique para vivir de ellos.
V
Al quedar la concesión para la explotación del mineral en sus manos, Fidel López Sánchez, de
común acuerdo con el representante sindical, que era su hijo Agustín López Ramírez,
desintegraron el sindicato minero y se apoderan del dinero que la compañía había dejado para la
indemnización de los trabajadores. También se apropiaron de dos tractores, desmantelaron las
casas construidas por la compañía que eran ocupadas por los indígenas de la comunidad, 28
destruyeron la red general de agua potable, saquearon el fierro existente, acabaron con la red de
teléfono, vendieron una planta de luz de la comunidad, hicieron desaparecer el servicio médico y
suspendieron el apoyo que anteriormente recibía la escuela del lugar. Fidel López Sánchez inició
así una nueva etapa de explotación brutal hacia la población de ese lugar, quienes sin ningún
salario fijo, sin ninguna prestación, sin ninguna herramienta de trabajo por parte del patrón,
trabajaban en la mina para sobrevivir. Además, con el pretexto de que no había dinero para pagar
a los trabajadores estableció una “tienda de raya” donde se intercambiaba la mercancía ahí
existente por mineral o éste se pagaba en abonos sin cubrir nunca el adeudo total. Resultado: la
mayoría de los trabajadores enfermaron de tuberculosis y todavía van padeciendo en una lenta
agonía, las tierras de cultivo fueron ocupadas por las máquinas sin ninguna indemnización. La
población se sumió en una pobreza alarmante.
VI
La lucha contra la explotación que los mineros de Los Tejocotes han sostenido, comenzó tan
luego como Fidel López Sánchez se convirtió de líder sindical a patrón. El 10 de enero de 1964,
un año después de que se apoderó de la concesión minera, en contubernio con el agente del
Ministerio Público de Juxtlahuaca y con la aprobación del exgobernador del estado, Rodolfo
Brena Torres, llegó a Los Tejocotes un pelotón de soldados y pistoleros para reprimir a la
población que protestaba contra el nuevo cacique. Detuvieron a diez de los inconformes y tras
mantenerlos encarcelados un mes salieron en libertad pagando 1700 pesos cada uno. Esta acción
represiva del cacique y el gobierno intimidó a la población que se replegó y Fidel López Sánchez
impuso su cacicazgo.
Así continuó la explotación hasta que el 20 de agosto de 1981, en una asamblea general de todo el
municipio y comunidades de otras partes del estado, con la presencia de representantes del
Gobierno del estado y la Secretaría de la Reforma Agraria, el pueblo decidió expulsar al cacique
explotador y devolver al pueblo sus propiedades. La lucha era encabezada por el Frente Obrero
Campesino Estudiantil de Oaxaca, que años después se dividió; la parte de la organización que
quedó en Los Tejocotes se denominó Organización Obrero Campesina Revolucionaria. Como
consecuencia del repudio hacia Fidel López Sánchez, éste retiró a su último administrador, con lo
que culminó otra etapa de explotación y sometimiento.
VII
Inmediatamente después que la mina pasó a poder de la Agencia Municipal de Los Tejocotes
surgieron nuevos problemas y hubo división en la comunidad. Una parte de ella, la mayoritaria,
asesorada por la Organización Obrero Campesina Revolucionaria, proponía que la explotación
fuese colectiva para que todos pudieran trabajar y progresar y no tuvieran patrón, más que una
administración que designarían entre todos los trabajadores. Otra parte minoritaria, encabezada
por el señor Pedro Paz, pedía que la explotación fuera individual para que cada trabajador
explotara todo el mineral que pudiera y lo vendiera donde él quisiera; además, quedaba la
posibilidad de contratar peones que trabajaran para quien tuviera recursos con que pagarles.
Triunfó la posición mayoritaria y la explotación se hizo de forma colectiva. Entonces el señor
Pedro Paz, comerciante del centro, se alió al Comisariado de Bienes Comunales de San Juan
Mixtepec y denunciaron:
Los mineros se organizaron e iniciaron gestiones para conseguir la concesión asesorados por un
grupo de profesores y por el señor José Cruz Santiago. Consiguieron que se les concediera un
permiso de explotación que les permitió sacar más de cuarenta toneladas de mineral, mismo que fue
vendido por el grupo mencionado y cuya parte del producto fue desviado para fines particulares de
estos dirigentes. José Cruz Santiago y sus seguidores recurrieron al Sr. Leopoldo Humberto Flores
para vender el mineral. Este resultó ser agente directo de Fidel López Sánchez pues se ostentó como
propietario de la mina y se le entregó un porcentaje de las ganancias.
De sus acciones en torno al problema de la mina, el presidente del Comisariado de Bienes
Comunales informó:
Un grupo de trabajadores recurrió a las autoridades municipales y de Bienes Comunales solicitando
nuestra intervención para solucionar el problema. Después de varias pláticas conciliatorias y sin
resultado alguno por la necedad de José Cruz Santiago, los comuneros del municipio acordaron
recurrir a las autoridades estatales correspondientes en busca de una solución favorable a todos.
Dijo además que ante el vencimiento del permiso para explotar la mina, el señor Leopoldo
Humberto Flores intentó sobornarlo para que firmara un convenio que le permitiera apoderarse
de la mina, cosa que, dijo, rechazó y por eso fue amenazado de muerte.
Por nuestra parte –abundó– y siendo este asunto sometido a la consideración de todos los
comuneros, éstos resolvieron que como autoridades agrarias realizáramos las gestiones para lograr
dicha concesión a favor de los comuneros. Esta medida no sólo resolvería el caso de los trabajadores
de Los Tejocotes, sino que abría la posibilidad de que fueran beneficiados todos los habitantes de las
distintas rancherías del municipio que quisieran buscar su sustento trabajando en la mina.
VII
Otra era la opinión la comunidad de Los Tejocotes, misma que compartía la mayoría de los
comuneros de San Juan Mixtepec.
Lo que el Comisariado de Bienes Comunales quiere es que la mina pase a sus manos, pero no para
beneficio de todos sino para que pueda aprovecharla él, para su beneficio, como lo hace con la
madera –dijeron.
Y atrás de tal declaración sacaron todos los trapos sucios del Comisariado de Bienes Comunales.
El señor Maximino Marroquín Paz no debió ser presidente del Comisariado de Bienes Comunales
porque nunca ha sido campesino, su oficio es ser comerciante y como tal es el principal agiotista del
municipio –aclararon.
Desde que él tomó posesión del puesto existe un gran descontento entre los comuneros ya que sólo
lo nombraron unas cincuenta personas del centro de la comunidad, todas ellas comerciantes; en
cambio, a los más de dos mil comuneros se les ignoró.
Las protestas en su contra comenzaron porque manejaba dinero de los comuneros pero nunca
daba informes sobre su uso y destino, ni tampoco de los créditos de avío y refaccionario ni de los
seguros sobre ellos, a pesar de que siempre había pérdidas. Asimismo, se sospechaba de la forma
en que había manejado un crédito bancario con el cual se compraron motobombas que se
entregaron a los campesinos sin especificar el precio, y cuando se les cobraron éste resultó
demasiado alto, lo que provocó que todos las devolvieran y nombraran un comité que investigara
la situación real.
Mientras esto sucedía, el permiso para trabajar en la mina no se definía a quién sería entregado.
VIII
En el mes de julio de 1985 el presidente municipal de San Juan Mixtepec, aconsejado por el
Comisariado de Bienes Comunales, decomisó cerca de 15 toneladas de antimonio provenientes de
Los Tejocotes, mismo que al no llegar al mercado dejó sin sustento a los mineros.
El día 28 de septiembre de ese mismo año los mineros de Los Tejocotes, dirigidos por la
Organización Obrero Campesina Revolucionaria, organizaron una protesta frente a la presidencia
municipal de San Juan Mixtepec, misma que terminó con un saldo de cuatro muertos y dieciocho
heridos.
IX
Un miembro del cabildo municipal de aquel entonces dio el siguiente testimonio de los hechos:
El día 27 de septiembre iban a llegar a la comunidad algunos funcionarios de la Secretaría de la
Reforma Agraria para tratar con los habitantes de Los Tejocotes el problema de la mina, sólo que el
señor Maximino Marroquín pidió que se presentaran al día siguiente porque era día de plaza y quería
aprovechar para hacerse propaganda. Para el 28 convocó a los comuneros a que se reunieran, pero
muy pocos lo hicieron porque muchos ya pensaban destituirlo del puesto por los malos manejos que
hacía de los recursos del pueblo.
Cuando llegaron los funcionarios de la Reforma Agraria partieron todos rumbo a Los Tejocotes
en un camión que él mismo prestó. Al ver al grupo de gentes que los acompañaban, los
funcionarios de la Secretaría de la Reforma Agraria se incomodaron.
–No es necesario que vayan tantos, sólo vamos a investigar cuál es la situación que guarda la mina –
comentaron al presidente del Comisariado.
–Mi pueblo quiere saber cuál será el resultado de la investigación y por eso debemos ir todos –
contestó. Y siguieron su marcha.
Cuando iban rumbo a la comunidad de Los Tejocotes, en el lugar denominado Tierra Colorada se
encontraron con los mineros que se dirigían al centro del municipio a protestar por la detención
de su mineral sin ningún derecho. Varias señoras de Los Tejocotes insultaron al señor Maximino
Marroquín Paz y lo acusaron de ser enemigo del pueblo. Entonces la Comisión regresó
rápidamente y al llegar al municipio el Comisariado de Bienes Comunales arengó a sus habitantes:
Júntense todos, compañeros. Ármense con lo que puedan y vénganse al Palacio Municipal porque
vienen los de Los Tejocotes queriendo matar a las autoridades –se oía su voz por un aparato de
sonido.
Poco respondieron al llamado, pero como era día de plaza se veía bastante gente.
Cuando los mineros llegaron al Palacio Municipal y comenzaron a corear consignas contra el
presidente del Comisariado de Bienes Comunales los familiares de este, señoras sobre todo, los
agredieron con piedras y palos, las del otro grupo respondieron de igual forma y se armó la
bronca. Al ver tal situación, desde el interior del Palacio Municipal, en donde se había refugiado,
el Sr. Pedro Paz, el dirigente del grupo minoritario de Los Tejocotes, comenzó a repartir a sus
compañeros pistolas que llevaba en un morral, como tortas.
De las palabras pasaron a las piedras y de las piedras a los balazos, al final el resultado fue el ya
mencionado.
X
Después de esos desgraciados sucesos los mineros de la Región Mixteca ya no pudieron trabajar
porque se soltó la represión en contra de todos, mientras al Comisariado de Bienes Comunales se
le protegía desde el gobierno.
Al día siguiente del enfrentamiento una avioneta sobrevoló la zona en conflicto y corrió el rumor
de que el Ejército “peinaría” toda esa parte de la región.
El 2 de octubre llegaron a la comunidad de Los Tejocotes 17 autobuses transportando elementos
del Ejército, Policía Judicial y Policía Preventiva. Iban a detener a los habitantes de ese poblado,
pero como no los encontraron detuvieron al profesor de la escuela primaria, Pablo Flores
Navarro, originario del estado de Tlaxcala y con sólo un mes de laborar en ese lugar. Intentaron
obligarlo a que se confesara culpable del enfrentamiento. Además, saquearon la tienda Conasupo.
El 10 de octubre volvieron nuevamente. Iban encabezados por el Sr. Pedro Paz y su sobrino,
quienes también iban armados, pero tampoco esta vez encontraron a nadie.
El día 15 de ese mismo mes los mineros reiniciaron sus labores en la “pepena” del antimonio, ya
que por ser la única fuente de ingresos, al no trabajar prácticamente quedaban sin manera alguna
de sostener a su familia.
El día 18 de octubre la Policía Preventiva detuvo al Sr. Toribio Feliciano Velasco atribuyéndole
una serie de delitos y lo llevó preso al distrito de Juxtlahuaca.
El 23 de noviembre el Ejército y la policía volvieron a tomar el poblado de Los Tejocotes. Esta
vez sí lograron su objetivo.
XI
El presidente municipal y el Comisariado de Bienes Comunales dirigieron una carta al gobernador
del estado el día 30 de septiembre, en la cual se leía:
Debido a que las autoridades locales nos encontramos amenazadas de muerte, solicitamos se autorice
un pelotón de elementos del Ejército para que resguarden la comunidad y de esa forma evitar más
hechos de sangre.
El gobernador fue magnánimo, no sólo mandó al Ejército, sino también a las policías Preventiva y
Judicial, que por tres ocasiones subieron a la comunidad hasta que detuvieron a los enemigos
políticos del presidente municipal y el Comisariado de Bienes Comunales.
Como en tiempos de guerra, el día 23 de noviembre los habitantes de San Juan Mixtepec y Los
Tejocotes fueron despertados por el ruido que producían los vehículos militares cuando tomaron
estas comunidades: el objetivo era detener a los responsables de la matanza del pasado 28 de
septiembre, ocurrida frente a la Presidencia Municipal.
En esa ocasión detuvieron a las siguientes personas: Policarpo Bautista Salazar, Maurilio López
Sánchez, Marcelino Bautista Pascual, Vicente Sánchez Santiago, Emiliano Ortíz Sánchez, José
Ortíz Hernández, Marcelino Rodríguez Jerónimo, Pedro Vázquez León, Adolfo Hernández
Salazar, Francisco Sebastián Sánchez, Magdaleno Santiago Reyes y Matías Romero. A todos los
trasladaron a la cárcel municipal del distrito de Tlaxiaco, en donde los torturaron para que se
confesaran culpables de todos los hechos delictuosos que las autoridades quisieron imputarles.
XII
Con la detención de sus compañeros se inició un largo calvario para los habitantes de Los
Tejocotes.
Pero no desmayaron. Marchas, mítines, plantones, tanto en Tlaxiaco como en la capital del
estado, fueron constantes mientras estuvieron presos, exigiendo su libertad.
Y después de muchos meses de prisión quedaron en libertad todos. Otra vez la fuerza organizada
del pueblo había triunfado contra el poder del cacique y la injusticia gubernamental.
fuentes: http://www.lopezbarcenas.org/sites/www.lopezbarcenas.org/files/Muertes%20sin%20fin.pdf
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I quenes se murieron los del municipio o los de tejocotes..o que me dicen se murio uno de yucunani porque yeganto a mixtepec traiciono'a tejocotes. Como vio que eran muchos de mixtepec i los de tejocotes eran pocos penzo' que lo iban a acabar pero los de tejocotes nomas hirieron uno,,,,
ResponderEliminaryo pregunto si alguien conoce a salvador Santiago castillo porfavor avísenle que lo busca su familia de huajuapam gracias su papa es el señor salvador Santiago cruz el no nos da la razón estamos desesperados y nos gusta esta información sobre los tejocotes gracias para mas informes en el Facebook VLADIMIR MONTIEL MONTES
ResponderEliminarque tan confiable es la fuente de donde viene toda esta información gracias
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